“Mamá siento mariposas en el
estómago…”
La importancia de la educación emocional en el desarrollo infantil.
Hola¡ Vuelvo para hablaros de un interesante tema sobre el que cada vez mas familias me preguntan y sobre el que yo trabajo cada vez más, la importancia de la educación emocional en el desarrollo infantil, pero también en el desarrollo global de la persona.
Atender a
nuestras emociones es algo que, poco a poco y con cada vez menos reticencias, algunos adultos vamos asumiendo como
un elemento fundamental para nuestro bienestar físico y psicosocial. Reconocer nuestras
emociones, gestionarlas y ofrecer una respuesta emocional adecuada a cada
situación, es un reto importante que los adultos nos podemos proponer como meta
personal.
A diario
sentimos una infinidad de emociones que se plasman en sentimientos, conductas, pensamientos…
que nos ofrecen gran cantidad de experiencias y vivencias, que nos permiten
conocernos mejor y aprender de cada situación, o por el contrario, nos hacen sentir
desbardados y abrumados por no poder gestionar todo eso de forma positiva.
Cuando
hablamos de sentir,
entender, controlar y modificar nuestros propios sentimientos y los de los
demás, hablamos de Inteligencia Emocional. Un concepto que desde hace un tiempo tiene auge, gracias al psicólogo y
periodista Daniel Goleman, pero sobre el que hay que profundizar para que no se
quede en un mero término o una simple moda.
Dentro
de este término que es la Inteligencia Emocional hay 5 habilidades prácticas a
desarrollar, que se dividen en dos áreas, el área Intrapersonal (lo que
corresponde a lo interno de la persona) y el área Interpersonal (lo que tiene
que ver con las relaciones sociales)
En el área Intrapersonal se encuentran las
habilidad de autoconciencia
de nuestras emociones, el control emocional y la capacidad de motivarse y motivar a los demás.
En el área Interpersonal tenemos la empatía (o capacidad de ponerse en el
lugar del otro, entendiendo la situación desde su perspectiva) y las habilidades sociales (una habilidad
básica para el desarrollo de relaciones interpersonales positivas) Desarrollar estas
cinco habilidades requiere de trabajo personal y esfuerzo, y como vemos, son
habilidades básicas y fundamentales para nuestra vida.
Por tanto si hasta ahora no te habías planteado
la importancia de estos aspectos y ahora además, eres madre o padre, puede que
sea el momento de comenzar a pensar sobre ello y sobretodo, de empezar a tomar
conciencia de la importancia de ayudar a tu peque a reconocer y gestionar emociones,
pues solo de esa manera, su desarrollo alcanzará un nivel óptimo.
“A un niño
pequeño podemos, y debemos, enseñarle a reconocer sus emociones. Cuando está
enfadado le explicamos que está enfadado, por qué lo está y qué puede hacer
para volverse a sentir bien. Lo mismo cuando está nervioso, estresado, triste,
etc. Parte de la inteligencia emocional es reconocer las propias emociones, y
en eso los padres pueden hacer mucho trabajo.” Rosa Jové. Ni Rabietas ni
Conflictos.
Entre los 0 a 6 años es cuando l@s niñ@s
desarrollan sus habilidades sociales y su autoestima, desarrollando así las dos
áreas fundamentales de la Inteligencia Emocional de las que ya hemos hablado,
la Inteligencia Interpersonal e Intrapersonal.
En este periodo l@s niñ@s aprenden a través de
la información que recogen a nivel sensorial, es decir, por sus órganos sensoriales
(vista, oído, tacto…) Por tanto, un niño querido, acariciado, abrazado… será un niño consciente de sus
emociones, que sentirá seguridad de su entorno y tendrá confianza en sí mismo.
Entre los 0 y los 2 años es cuando mayor
plasticidad cerebral hay, es decir, cuando mayor posibilidad de desarrollar
redes neuronales existe. Si logramos ofrecer al niñ@ un entorno lleno de
estímulos concretos que le lleven a experimentar emociones positivas, donde
tenga libertad para explorar, experimentar y expresarse…, donde el adulto sea
un acompañante que respete el ritmo individual del niñ@…, y que ofrezca
la posibilidad de reconocer y dar valor a cada emoción que siente, sin coartar
sin limitar ninguna, cuidando el vocabulario…, eliminando de nuestras expresiones
como “no llores…” “no te enfades…”,
algo que los adultos solemos hacer a menudo y que, sin embargo, son expresiones
emocionalmente sanas y, por ello es necesario aprender a vivirlas y
gestionarlas.
“Mamá, siento mariposas en el estómago cuando tengo que hablar en clase…”
“Papá, siento mucho calor en las orejas cuando mi hermano me pega y tengo
muchas ganas de golpearle yo…”, que l@s niñ@s sean capaz de expresar sus
sentimientos y sensaciones, así como que logren controlar y gestionar sus
conductas al respecto, les ayudará a tener un desarrollo óptimo, a aprender a
relacionarse de forma positiva con los demás, además de favorecer las relaciones
familiares.
Por tanto, el periodo de educación infantil es
el más idóneo para educar en emociones, aunque también a partir de los siete
años es un buen momento, pues los niños suelen haber superado sus momentos más
críticos (rabietas, dificultad con el lenguaje para expresarse, ansiedad por la
separación, bipedestación…) a partir
de esta edad l@s niñ@s tienen un mayor nivel lingüístico, tanto a nivel
de expresión como de comprensión, una gran capacidad de creatividad y de imaginación
y por tanto, mayor posibilidad de explorar las emociones y de integrarlas en su
registro psicoemocional.
Un niño consciente de sus emociones será un
adulto emocionalmente sano, y así lo explica Rosa Jové en su libro “Ni
Rabietas ni Conflictos”:
“Es por eso que un bebé que recibe amor tiene más probabilidades de ser
feliz en su etapa adulta. Antes de los 2-3 años deberíamos propiciar que las emociones
que se graban en los cerebros de nuestros bebés sean las de seguridad, autoestima
y amor.”
Existen muchos recursos para poder educarnos y
educar en emociones a los más pequeños, libros y cuentos que ayudan a reconocer
las emociones, juegos que nos permiten identificar la emoción que siento en
este momento o lo que puede estar sintiendo otra persona en una circunstancia
determinada…, y profesionales como yo, que dentro de mis servicios está la orientación, acompañamiento y tratamiento psicopedagógico a nivel emocional para las familias, donde trabajamos para que la dinámica familiar sea más positiva y cada miembro logre desarrollar esas habilidades
emocionales.
¿ Y tú, qué
haces para educarte y educar en emociones a tu(s) peque(s)? cuéntame…
Ya sabes que aquí estoy para lo que necesites¡
¡¡¡Además te voy a contar una novedad!!!
Próximamente voy a hablar sobre La Importancia de la Educación Emocional en el Desarrollo Infantil en
un gran evento que se va a celebrar en Madrid...
FESTIVAL AMORDISCOS.
Aquí te
dejo la info para que no te lo pierdas¡
Un abrazo. Ana.
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