lunes, 25 de mayo de 2015

Llega el verano… y llega… la  “OPERACIÓN PAÑAL”¡¡¡


Últimamente estoy siendo testigo de un fenómeno que me preocupa. Pronto llegará el verano y muchas familias, cuyos peques están en la fase de 2-3 años, les entran las prisas por quitarles el pañal. Muchos me dicen es que en septiembre empieza el cole y no puede ir con él, así que se proponen hacerlo como si de una carrera a contratiempo se tratase…, lo que supone un gran estrés para los padres pero sobretodo para el niño o la niña, que de repente se ve sometido en poco tiempo a un montón de cambios en sus rutinas y a un nivel de exigencia que puede traer consecuencias bastante negativas.

Vamos a ver algunos aspectos importantes que nos ayuden a reflexionar sobre este proceso de “quitar el pañal”.

Primero deberíamos pensar ¿qué es el control de esfínteres? O mejor, antes de ello ¿qué no es el control de esfínteres?

El control de esfínteres NO ES solo mantener seco el pañal, NO ES una carrera a contratiempo, NO ES un aprendizaje que se logra entrenándolo, NO ES algo que se logre de una vez para siempre, NO ES una decisión únicamente de los adultos.
Una vez que hemos visto lo que NO ES el control de esfínteres, vamos a ver lo que es y que aspectos influyen en este proceso, porque lo primero que hay que entender es que es un proceso evolutivo que el niño adquiere cuando está maduro. Maduro a nivel neurofisiológico, a nivel físico, a nivel cognitivo y a nivel emocional. Por tanto vemos que influyen varios aspectos y que ya no es simplemente quitar el pañal y tratar de que el niño haga pis en el orinal.

 El control de esfínteres (…) es un proceso evolutivo que el niño adquiere cuando está maduro, (…) a nivel neurofisiológico, físico, cognitivo y emocional.




Por tanto, el control de esfínteres es un proceso que tiene idas y venidas y que como todo proceso de aprendizaje admite la posibilidad de avanzar y retroceder, un paso importante hacia el desarrollo mental, emocional y social del niño, el momento en que el niño toma conciencia de su cuerpo y se hace responsable de la tensión que significa controlar sus necesidades naturales. Es un proceso que da la oportunidad de mirar al niño o a la niña y revisar el vínculo familiar.

Para que el niño pueda desarrollar este proceso de forma natural es necesario que antes haya superado ciertas etapas y debe haber desarrollado ciertos aspectos a nivel global. Es decir, debe tener conciencia de sí mismo utilizando el YO y el MIO, tener lenguaje comunicacional, noción del esquema corporal y de orientación espacial, deber haber desarrollado ciertas destrezas motrices (agacharse, subir, bajar, girar…), entender instrucciones verbales, tener deseos de independencia “Yo solo”… entre otras cosas…

 “Controlar esfínteres no se aprende por repetición, como leer o escribir. Se adquiere naturalmente cuando se está listo, como la marcha o el lenguaje verbal”
Laura Gutman. Esfínteres: Control y autoritarismo.

Vemos que no se trata del simple hecho de que el niño pase algunas horas con el pañal seco, que también es un factor importante. Es fundamental que, en este proceso tan determinante a nivel de desarrollo global del niño, el adulto tome un papel determinado, un papel de acompañante.

El adulto pasa a ser el que ofrece al niño el ambiente de contención y apoyo, de respeto y acompañamiento para que el proceso se desarrolle de forma adecuada. El adulto observa y reconoce las señales del niño, respeta sus iniciativas y ritmo individual, da sostén y contención para que el niño se sienta seguro.

Desarrolla un acompañamiento de forma muy concreta, siguiendo unos pasos determinados pero siempre flexibles y respetando el ritmo individual que el niño va marcando.

Este es el camino para desarrollar un proceso de control de esfínteres, primero respeto al niño y a su ritmo, donde el adulto es el guía y acompañante en el proceso, donde no crea tensión ni estrés para el niño, sino que propicia un ambiente relajado y lúdico para que el niño disfrute del aprendizaje, donde el adulto no prioriza las normas sociales sino las necesidades físicas y emocionales del pequeño.

Como dice Carlos González en su libro Bésame Mucho “Quitar el pañal, decíamos, no habría de traer ningún problema, pero a veces lo trae (…) Están tan acostumbrados a llevarlo que no se imaginan la vida sin él. Explíquele a su hijo que no importa que se haga pipí o caca en cualquier sitio, que no se va a enfadar. Pero si a pesar de todo le pide un pañal, póngaselo sin rechistar. Al fin y al cabo, la idea no fue suya; fueron sus padres los que decidieron ponerle pañal cuando nació y no es culpa del pobre chico si se ha acostumbrado. Es posible que un niño que al año y medio se dejó quitar el pañal se niegue a los dos años y medio. No insista, no atosigue, simplemente dígale: Bueno, cuando quieras que te lo quite, avisa, y ya está.”

Si estás en ese proceso de Operación Pañal¡ o tienes previsto comenzarlo y tienes alguna duda o dificultad, puedes pedirme cita aquí para una consulta privada y valoraremos los aspectos en los que os puedo apoyar.

Recuerda que mañana tenemos un taller al respecto en la zona sur de Madrid, si te apetece allí nos vemos¡


Un abrazo. Ana. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario